Uruguay debate el impacto y futuro de la Inteligencia Artificial en su economía

La Universidad Católica del Uruguay (UCU) fue el escenario de un evento clave para el futuro tecnológico del país: un encuentro entre expertos en Inteligencia Artificial (IA), representantes del sector público, privado y académico, organizado con el apoyo de Google y el programa latinoamericano del instituto Wilson Center. Durante la jornada, se analizó el estado actual del desarrollo de la IA en Uruguay, sus desafíos, su impacto sobre la economía nacional y las perspectivas para los próximos años.

Un sector en crecimiento y con gran potencial

Carmen Porteiro, presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), remarcó que el sector de servicios —donde se ubica la industria tecnológica— ha experimentado un crecimiento sostenido del 4,5% anual. En 2022, el país alcanzó un récord de exportaciones en tecnología, aunque lamentablemente no se ha logrado repetir en los años siguientes.

Porteiro enfatizó la importancia de incorporar la IA en una nueva agenda nacional centrada en el desarrollo. Según explicó, “cada uno de los puntos de esta agenda podría ser atravesado con mejoras a través de inteligencia artificial, generando crecimiento, desarrollo y mejores resultados”. Para 2025, desde la UEU se impulsarán capacitaciones que promuevan el uso y comprensión de esta tecnología en el ámbito empresarial.

El Estado uruguayo ante la adopción de la IA

Uno de los anuncios más destacados del evento fue el de Fiorella Haim, nueva presidenta del Plan Ceibal, quien presentó una iniciativa que marca un hito en la formación digital de la ciudadanía: un curso gratuito sobre inteligencia artificial abierto a todos los uruguayos.

“El objetivo es sensibilizar a la comunidad, especialmente a las familias que acompañan a los niños y adolescentes en este proceso. Explicamos cómo funciona la IA, el uso de datos, los algoritmos y también abordamos las dimensiones éticas y los riesgos”, comentó Haim. Esta propuesta busca democratizar el conocimiento sobre una tecnología que cada día se vuelve más presente en la vida cotidiana.

Por su parte, el economista Bruno Gili, recientemente designado como secretario de Innovación del gobierno, expuso la visión estratégica del Ejecutivo para los próximos años. “La creación de esta Secretaría tiene como objetivo mejorar la competitividad y productividad del país. Para eso, vamos a alimentarnos de la ciencia, la tecnología y la innovación producidas por la academia, las empresas y las organizaciones civiles”, explicó.

Gili adelantó que se fortalecerá la generación de conocimiento científico, la formación de investigadores, el acceso a datos y el análisis de comportamiento ciudadano. También se buscará discutir las infraestructuras necesarias para el desarrollo tecnológico y fomentar la creación de startups innovadoras, con el ambicioso objetivo de que surjan nuevos unicornios uruguayos.

“No basta con que las grandes empresas incorporen áreas de innovación, sino que deben convertirse en agentes clave del cambio en el mercado”, subrayó Gili, apuntando a una transformación profunda en la manera en que se innova en Uruguay.

Los desafíos políticos y presupuestarios

Sin embargo, no todo fueron elogios ni optimismo. El diputado del Partido Nacional, Rodrigo Goñi, crítico con la falta de apoyo real por parte del Parlamento, alertó sobre la necesidad urgente de destinar mayores recursos a la ciencia, la innovación y la tecnología.

“Cualquiera de las cosas que dijo el panel anterior, si las queremos hacer medianamente competitivas, tenemos que darle recursos. Y los recursos se aprueban en el Parlamento. Han cambiado los partidos, pero seguimos destinando solo un 1% del presupuesto”, denunció Goñi. También recordó que propuso en su momento la creación de una comisión bicameral sobre inteligencia artificial, iniciativa que fue rechazada por todas las bancadas al considerarla “no prioritaria”.

Un futuro con grandes desafíos y oportunidades

El evento dejó en claro que la Inteligencia Artificial es una herramienta estratégica para el desarrollo económico y social del país, pero también que su implementación debe ir acompañada de decisiones políticas firmes, inversiones y una sociedad preparada para asumir sus riesgos y beneficios.

Uruguay está dando pasos importantes, pero aún tiene un largo camino por recorrer si quiere posicionarse como un líder regional en el uso responsable e innovador de la IA. La articulación entre gobierno, academia, empresas y ciudadanía será clave para que la revolución tecnológica se convierta en una oportunidad de transformación y no en una brecha aún mayor.